¿Cómo he podido?
Hoy es como si nunca hubieses existido,
hay más bragas estampadas en mi cara.
Tu olor ha desaparecido,
y el sonido de tu risa es lejano, tanto
que no puedo escribirte.
Así que,
empezaré por lo más difícil:
No quiero ser tu poetisa.
No quiero mirarte y sentir que eres lo único,
no quiero perecer en las sábanas intentado distinguir entre ellas tu olor
o alguno de esos mechones que se escaparon de tus moños a medio hacer.
No quiero perseguirte en miles de imposibles
y en frases sin terminar.
Hoy, bajo un sol asfixiante
y yendo a noventa y cuatro kilómetros hora
me he dado cuenta:
No.
Simplemente ése monosílabo que nunca he podido pronunciarme al pensar en ti.
Al pensar en todas las cosas que tenía por ofrecerte.
Alguien me ha dicho que no te mereces mis textos,
y aunque te suene raro, yo también lo creo.
Desde la libertad,
y todo lo que tu quieras, no podemos ser.
Seremos en un bar, tomando cervezas
quizá alguna que otra risa,
con las mejillas rojas por el alcohol
y una ración de patatas.
Soy de mí misma, me quiero como nunca lo hiciste,
y por eso, te escribo hoy,
para decirte que ya está,
que te libero de carga.
Que me voy a ver mundo de la mano de otra mujer,
la mía, y sólo la mía.
Sin el miedo o los nervios en el culo
por querer parecer una tía decente,
por agradar a nadie más que no sea yo.
Que ya está, vuela pajarillo
que las estaciones te guíen en tu migración y te sea útil eso de llegar a tu destino.
Yo te quise, pero hoy, ya no.
Probablemente sea porque me he dado cuenta de que
tú nunca lo has hecho, porque en el fondo,
nunca me llegaste a conocer.
Porque supongo que nunca me dejé hacer
y si lo hice, no fue mi intención.
Y ahora sí, me despido,
intentaré escribirle a la felicidad,
o criticar el hambre, como buenamente me salga,
pues he de reconocer que me sabe raro el no hacerlo para ti.
Pero bueno, supongo que, en el fondo
nunca fuimos,
y hoy, sólo somos éso:
Pasado.
Que no vuelve, aunque duele
que no cesa y siempre se recuerda,
prometo hacerlo con una sonrisa.
No te creas que me despido,
aún nos quedan juergas, pero de momento,
sólo nos queda éso.
Gracias por este tiempo,
por tu ida y tu regreso.
Adiós Dory.
No hay comentarios:
Publicar un comentario