sábado, 20 de agosto de 2016

Adicta.

Lo mucho que me gustaban tus caderas moviéndose al son que llevaban tus piernas subiendo por las escaleras,
es indescriptible.
Llevo mucho,
muchísimo, pensando en todas las cosas que quiero decirte,
pero la boca se me queda chica para soltarte tales monólogos,
y a la par, se me queda enorme cada vez que quiero besar tu vagina.

No voy a decirte lo típico,
no voy a decirte que me alegro de que seas feliz,
no voy a ser como el resto.
No. No me alegro.
Y no puedo seguir mintiéndome a mí misma
y a ti (aunque creo que hasta tú sabes mejor que yo, que esto es así).
Quiero regalarte las flores que te faltan en la mesilla de noche,
una sábana bordada con el más valiente puño feminista,
quiero comprarte comida china, aunque la odie y tenga que fingir que es un manjar al paladar.

Quiero ir a ver esos museos pendientes
y volar tras las largas borracheras.
Trabajar y ganarme la vida queriéndote,
en silencio,
como a mí me gusta.
Te diría que me besases,
pero no es la mejor opción;
así que me abrazas y llenas todo de color.
Mientras en la lavadora de mi vida, se me olvidó que había que meter una toallita atrapacolores.

La gente está enganchada a quererse, ¿te lo puedes creer?
A regalarse besos,
a darse caricias...
Pero no veo a ninguno enganchado a amar escribiendo.
Supongo que para eso estoy yo aquí:
Para darte lo poco que me quedó cuando te fuiste,
por si algún día, decidieses; no regresar, no...
Si no venir de nuevo.
Que es diferente.

A lo mejor, es que mis manos no están hechas para acariciarte.
A lo mejor, mi saliva no es el mejor reclamo, y lo siento.
Me hubiese encantado martirizarme
con la complejidad que me aportaba tu figura al desnudarse en mi mente.
Bella, firme... Inefable.

Y preciosa.
Éso... Éso era, 'preciosa'.

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07/04/2021

A siete de abril de 2021 soy consciete de que mi vacío realmente no va a llenarse. Que te fuiste, me rompiste y ya no tengo cómo arreglarme....