"Un artista, no puede llegar a ser del todo feliz, siempre tiene que albergar algo de tristeza en él para poder existir."
Lo he intentado, aunque las malas lenguas me aturdieran.
He intentado mirar a tu lado de la cama con otros ojos,
pero es que no consigo aliviar mi roce si no estás ahí.
He intentado volver a ver Titanic, o el Diario de Noa,
esperando tus críticas, porque dices que soy una moñas,
he intentado volver a cocinar los espaguetis a la carbonara y la falta de amor,
les da muy mal sabor.
Y no mola.
He intentado dejar el café,
pero me vicia su amargura
mientras lo mezclo con la frescura de una ducha.
Y me encanta enjabonarme,
y pensar que vas a masajearme las cervicales como hacías.
Pero no lo haces.
Ya no haces nada, porque no estás.
Y me duele perderte aunque no lo creas.
Aunque creas que nunca me acordé de ti,
no hubo un día que no te pensara (lo juro...)
la agonía de tu vida, enmarcaba la mía en mil batallas.
Mías, en las cuatro paredes de la habitación,
en la que nunca estuviste, pero que llenaste.
Como mi vida, supongo.
O como las miles de historias que imaginábamos en la madrugada,
con las buenas noches aseguradas
sabiendo que me darías los 'buenos días' después.
Y me gustaba, ya lo creo que me gustaba.
Por eso te ruego que vuelvas a mi vida, de la manera que quieras;
porque yo sé que tú no eres mía,
y que yo soy de otra, que como yo, busque otra parecida a ti.
Vuelve para darme señales de que estás bien, y me basta.
Aunque si aún quieres arriesgar e ir a tomar un café o lo que surja, vayamos un día.
Que me encantará.
Gracias.
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