sábado, 31 de agosto de 2019

Poquito a poco

Hoy he soñado con una carta, con tu aroma a colonia y tu barba recién afeitada.
Y no me nace echarte de menos.

Supongo que el tiempo pasa, cambiamos, nos hacemos mayores, nos dejamos atrás...
Hoy he soñado contigo cuando hacía ya como cosa de una semana que apenas te recordaba.
Y qué jodienda.

He estado hablando con mi hermano, me ha dicho que probablemente no te echo de menos a ti, sino a sentirme querida, pero pensándolo bien apenas sé si eso contigo fue real.
Porque ya no recuerdo nada cariño.

Y aunque ahora he cambiado y me siento más segura de puertas para fuera, de puertas para dentro nunca me he sentido tan pequeña.
Y me duele, me duele sentirme pequeña porque no tengo a alguien que me recuerde que soy grande.
Me duele darme cuenta de que la estoy cagando todo el tiempo pensando en ti, en tu vida de ahora, en tu nuevas compañías...
Me jode, necesitar de ti cuando tú ni siquiera te has tomado la molestia de necesitarme un poquito, de echarme un poquito de menos.
Veo que no te cuesta y a día de hoy, después de casi treinta y cinco semanas, me doy cuenta poco a poco de que nada de lo que vivimos fue real,
de que el amor que pensé que forjábamos, se ha quedado oxidado en ese yunque que siempre quise tatuarme en el muslo, y lo sabes.
O no. Porque a estas alturas sigo preguntándome si alguna vez de las que me dijiste 'te quiero' fue real.

Porque aunque ya no te quiero, sigo acordándome de ti. Y me duele.

Me duele ser siempre yo la que siente tan intensamente, tan rápido, tan alocada.
Tan yo.

Y como siempre, me cuesta darme cuenta de que no todo el mundo puede sentir de la misma manera.
Y tú y yo sentíamos y percibíamos todo de modos tan paralelos... Que nunca llegamos a tocarnos emocionalmente.
Y es una pena.
O no.
Porque desde que no estás soy más feliz, tengo la piel más tersa y lloro mucho menos.
Encuentro respuestas a las preguntas que me hacía estando tumbada a tu lado en esa cama de 1'90x2'00.
Encuentro muchas más cosas en mí que las que intentaba buscar en ti sin resultado.

Qué lástima darte cuenta poco a poco de que el amor, la amistad y la vida, van por temporadas y la nuestra se quedó sin capítulos tan pronto.
Como pasa siempre.

Pero la vida sigue machuri, poquito a poco todo se va acoplando en su sitio.

jueves, 8 de agosto de 2019

Recuérdalo

Parece que no pasa el tiempo,
que voy a abrir los ojos, palpar las sábanas y que vas a estar ahí.
Ahora parece que nunca te fuiste del todo y estoy muy confundida,
parece que te estoy extrañando y realmente no sé si es porque te echo de menos o porque a mí me echo de más.

Parece que no pasan las horas,
que el tiempo se ha estancado y que huele mal, como a dejado, como a viejo.

Y a estas alturas, he vuelto a soñar contigo,
y a volver a querer que me abraces antes de irnos a dormir,
que me preguntes qué me apetece de cenar y quedarme mirando tus puntos negros rezando porque algún día me dejes quitártelos.

Que no entiendo el porqué de estos bajones y esta incertidumbre, que realmente sé que es por haberme excedido demasiado,
que aún sigo acordándome de tu número de teléfono
y que aunque me joda, quiero llamarte de vez en cuando porque sigo pensando en que todo ha acabado mal.

Que rabio,
me rabia, darme cuenta de que sin mí eres muy feliz,
que apenas has sentido lástima,
que la única que ha necesitado tiempo he sido yo,
y me duele sentir, que nunca nada de lo hice fue suficiente para evitar que sintieras que yo no era para ti.
Y que todo lo que construimos juntos se fue de un soplido, como un castillo de naipes.
Y qué mal,
mirar fotos de tus amigos, y sentir que el corazón se me sale de la boca porque te busco a ti en cada fondo.

Supongo que hace tanto que no escribo que es normal que me trabe al hacerlo de ti,
de nosotros, de lo que recuerdo que éramos nosotros.
Y aunque las lágrimas se me salen por el rabillo del ojo,
tengo el cerebro como taponado,
no escucho la misma música y como mucho menos que antes,
aunque apenas me apetezca tomarme un café,
me frustre más de lo habitual para hacer las cosas y no me ría como antes,
quiero decirte que espero que algún día leas esto y seas capaz de entender por fin que el amor no es una puta baraja de cartas,
no es azar ni un puto juego.
Espero que me recuerdes cuando folles con otras y que cuando vayas a liarte un porro recuerdes, que te salen bolsas, que tienes que prensarlos más.
Recuerda levantarte para ir a trabajar, acuérdate de llamar a tu madre y decirle a Mari Ángeles que no te tome por tonto.
Recuérdale a tus amigos que te traten bien, que te quieran de verdad y que dejen de ser tan gilipollas, porque te lo pegan.

Recuérdalo todo cuando ya no quieras hacerlo, porque ahí será cuando más te duela darte cuenta de todo lo que quisimos perder.

martes, 18 de junio de 2019

No sé hace cuánto que no toco esto, no sé hace cuánto no me duele recordarte.
Parece que la vida está sumergiendo con la primavera y por una vez en la vida me amo por lo que soy.
Estoy dejando atrás las dependencias, los líos y las mentalidades obsesivas.
Yo quiero dejarte ir de mi vida porque realmente siento que ya no estamos hechos el uno para el otro, porque somos personas diferentes y porque en algún punto de nuestras vidas esto tendría que apagarse.
Y se apagó, y me ha costado mucho tirar de la cuerda sin ti,
pero es que ahora de verdad que no siento nada, es como si alguien hubiese descuartizado mi memoria y omitido tu recuerdo. Porque todo está borroso y lejos de dolerme me da ánimo para seguir, porque siento que cada día que pasa estoy más y más cerca de ser yo, libre de nuevo.
Desde que apareciste me fuiste quitando algo que aún no sé describir del todo bien, no sé si es la alegría, la vida o la coherencia.
Ésa que tanto te faltaba a ti a veces.

Quiero pedirte perdón por todas las veces que intenté cambiarte,
por las veces que te torturé y te amargué la existencia,
quiero pedirte perdón por haberme rendido contigo pero es que te lo juro que no podía más,
y tú tampoco,
y la gente nos ve mejor desde que nos hemos olvidado de seguir unidos.
Y mira que lo hemos intentado veces pero las realidades explotan en la cara cuando menos te lo esperas,
y no hay marcha atrás.

Supongo que no me duele tanto vivir sin ti.
Y a ti sin mí tampoco.

miércoles, 20 de marzo de 2019

LÁRGATE

Hoy todo mi ser se ha derrumbado,
hoy todo en lo que creía se ha vuelto una mera estupidez y ya no creo nada.
Entre ayer y hoy mis sentimientos se han vuelto tan contradictorios...
¿Cómo puedo echar de menos algo que nunca pude tener? ¿Cómo se hace para olvidar?

¿Cómo puedo mirar al espejo y no encontrar nada dentro? Nada...
¿Cómo puedo sobrellevar tu ausencia? ¿Cómo puedo darme cuenta de que realmente no eres quién decías ser? ¿Cómo puedo hacer para eliminarte de mis recuerdos? Como si nunca hubieras parecido.
Como si nada hubiese pasado.

Me dices que me comprendes, que me entiendes, pero no, no entiendes una mierda de lo que está ocurriendo,
no entiendes que no puedo verte, que tu sonrisa todavía me persigue, y que el dolor de Vicálvaro aún me marca el pecho,
no entiendes, que apenas puedo pensarte, que estoy obsesionada con volver a tenerte en mi vida, aún a consecuencia de todo lo que me haces sufrir,
sigues sin entender la capacidad de mis sentimientos, y yo, sigo sin entender la poca capacidad de los tuyos.

Me siento perdida, como la niña del cuento de las cerillas, tan perdida, que no sé dar ni siquiera un paso sola,
siento que las tempestades me arrastran a la oscuridad, y que la luz que había construido a raíz de ti,  se fue contigo,
y ya no me queda nada dentro, M. Nada.

Y quiero llorar, pero es tanto dolor el que siento que apenas me salen lágrimas,
y se va acumulando y acumulando, hasta que un día me toque explotar.
Y no sé qué será de mí cuando todo eso ocurra.

Sólo sé, que no puedo parar de pensar en infligirme daño, y que ahora aunque haga sol, no puedo ser feliz,
que me encierro en series que me hagan hundirme en sus emociones, y las hago mías porque a mí apenas me quedan ya.
Sólo me quedan para Rufo, el amor de mi vida.

Sigo teniendo pesadillas, sigo en sueños arrastrándome por ti, como un puto gusano tío, ¿qué coño me has hecho?
Sigo mirando al cielo, a ver si con suerte a la mañana siguiente no despierto, porque te lo juro que el amor que le había cogido a la vida se va por instantes, y parece que hasta dentro de un tiempo no va a a querer volver.
Y qué pena me doy cuando soy consciente de esto último.
De que sola no puedo, no quiero.

Quiero que me devuelvas todos los sentimientos que te di, quiero que me devuelvas lo que es mío y que dejes de hablarme,
de buscarme,
de llamarme por mi nombre, porque no te mereces nada mío, ni mi tiempo, ni mis ganas, ni mi saliva.
Te lo di todo. Todo cuanto pedías te lo otorgué, amor, comprensión, cobijo... Te di todo lo que tanto me había costado construir y ahora que lo necesito para mí ya no lo tengo,
lo que nunca te di y tú sí me diste, fueron las inseguridades, cosa que no voy a perdonarte nunca.


Quiero poder vivir en el olvido y dejar de tener que ir a médicos porque tú me inestabilizaste.
Sólo quiero poder amar la primavera otra vez, poder recoger flores y no verte a ti en esa noche de ribotriles.

Quiero olvidarte, de verdad que quiero.
Pero nunca dejas de aparecer cuando creo que estoy empezando a poder vivir con tu rechazo,
y vuelves,
y vuelves a volver, y me destrozas el alma sin importarte una mierda lo resquebrajada que está ya.

VETE, NO TE QUIERO YA MÁS EN MI VIDA, VETE Y NO VUELVAS JAMÁS,
porque si volvieras, seguiría cayendo en tu maldición y no puedo permitírmelo,
no puedo romperme más, no quiero tener que volver a pasar por esto nunca.

Una cosa que sí te agradezco, es que ahora soy más fría y desconfiada, así que supongo que aunque quisiera caer, no podría por el miedo que me has dejado en las entrañas.

jueves, 14 de marzo de 2019

Bless

Realmente tengo unas ganas enormes de hacer lo que voy a hacer...

Te di todo de mí, mis amaneceres, mis noches, que bien sabes lo que me costaba,
te di el momento del terraceo, tuve el tremendísimo honor de compartir eso contigo, joder.
Te presenté a mi abuela y quise que me acompañaras a la boda de mi hermano, te enseñé lo poco que queda de mi familia,
nos dimos lo que querías, un perro, al cual no has sabido educar porque no has querido ser responsable por él,
te di todo lo que tenía, al principio, todo lo bueno y luego todo lo malo.
Y aún a pesar de haber visto tu mal lado, yo elegí quedarme no lo olvides nunca.

Cuando he subido a casa tenía todo pensado, qué decirte, cómo hacerlo pero una vez más me he quedado en el intento.
Lo que me sale ahora es decirte que espero que te vaya bien, de verdad, creo que estoy empezando a superarte y por fin podré soltar este lastre que me ahogaba.
Escucho música que jamás pensé que escucharía y la disfruto muchísimo, porque me llena el vacío que me dejaste tú,
ahora me sale decirte que espero que algún día madures y cambies, y que vuelvas a ser ese M que todos sabemos que sigue existiendo dentro de ti.
Confío en ti.
Pero estoy conociendo muchas cosas ahora, estoy disfrutando de la soledad, de estudiar, de pasar tiempo con Rufo y conocer cada día un poquito más lo que es la paciencia, ahora soy capaz de pedir un abrazo cuando lo necesito y llorar mis emociones muy de vez en cuando, porque no me merece la pena vivir en el pasado, y créeme que no sabes hasta qué punto he llegado a vivir en él.
La despersonalización va mucho mejor, me voy encontrando en el espejo más veces de las que me pierdo en la imagen que se refleja, y ahora mi hermano me nota en los ojos cuando estoy pensando en ti, reconoce cuando he llorado, me empiezo a sentir en casa.

Intento sentir mi ambiente al máximo, mezclar mi energía con la que me voy encontrando, disfruto mucho el presente, disfruto vivir, M, ¿no es fantástico?

Escribo esto porque llevas una semana sin dolerme y me apetece dejar constancia de esto, dejar constancia de que me estoy empezando a sentir humana a cada día que pasa, es maravilloso. Te lo deseo.

Decirte también que noto que no quieres ver al perro, así que... No esperes que si apareces dentro de los meses puedas verlo.

Te digo, de corazón, que ya no tengo pesadillas contigo ni con la gente con la que nos juntábamos.
Que cada día sonrío y río con más intensidad, y que me he enganchado a los animes. ¡Yo!, es maravilloso.
Te digo que espero que tus amigos te estén apoyando y no sea un constante círculo de porros y parque, porque si es así, no te hacen bien, y si es así te deseo que algún día te des cuenta y que puedas encontrar a alguien que te quiera de verdad como para ayudarte y sacrificarse.
Espero también que eso lo encuentres en ti mismo, que aprendas a quererte y que poco a poco empieces a enorgullecerte, porque cuando quieres, vales oro.

Espero que la relación con tus padres vaya a mejor y también espero que si algún día de tu vida te quedas solo (que esperemos que no pase) recuerdes que yo estuve dándote a entender lo que era el amor sincero, y que lo perdiste,
que recuerdes mi rostro cuando nos echábamos un buen polvo, que recuerdes cuando te daba besos en medio de esa hecatombe, dándote todo el amor que tenía.
Quiero que me recuerdes, M.

Y ahora, lo último que me queda por decirte, es que cuides de Kaos porque por desgracia eres lo único que tiene, que tires mi anillo, porque de momento no quiero que lo tengas,
y por supuesto, no me hables nunca más.

Porque no te quiero en mi vida, nunca, mi cuerpo ya no te necesita.

Como tú decías: Bless.

lunes, 11 de marzo de 2019

Más que nadie

Necesito escribirte porque hoy no me siento yo.
Necesito escribirte porque verdaderamente te echo de menos, hoy te necesito conmigo sacando a pasear a Rufo.
Te necesito porque no consigo encontrarme, y quedarme durante minutos mirándome al espejo sin encontrar respuestas es un calvario.
Hoy más que nunca te necesito, porque hace buen tiempo y se nos han quedado muchos planes pendientes.
Te necesito porque me siento muy sola desde que te has ido, siento que en la vida ya nada me llena.
Estoy saliendo, no bebo, como bien y duermo de más, y aún así no consigo que el tiempo cierre tu herida.
Me frustro, porque no consigo olvidarte. Y quiero hacerlo de verdad porque me estás doliendo como nunca me ha dolido nadie.
Porque me dijiste que siempre estarías conmigo y me mentiste, joder.
Te has ido, y ya nunca más vas a volver. Y me duele haberte perdido, haber perdido tu sonrisa, la cama grande y tus palabras cuando me quedaba dormida.
Estoy intentando ser fuerte, hacer de tripas corazón y tirar para adelante. Estudiar y ser alguien en la vida,
pero he perdido la esperanza, y cada día me hundo más en la miseria.
Porque aún te quiero, joder cómo te quiero. Pero no puedo asimilar el querer a quien tan mal me hace.
Intento visualizarte con otras, rehaciendo tu vida, pero eso sólo me lleva a odiarte, y hasta odiarte me duele, porque tampoco quiero hacerlo.
Me encantaría llamarte, esperar tres toques y colgar (porque soy una cobarde), volver a pulsar tu nombre, escuchar tu voz y volver a colgar.
Me siento tan impotente, tan vulnerable.

[...]

Pero mi hermano me acaba de mirar a los ojos, y ha sabido que algo no andaba del todo bien.
Me ha preguntado, y hablando, en él encuentro el apoyo que nunca encontré en ti.
Y me doy cuenta de que soy una gilipollas, llorando por un cabrón que ni siquiera se pregunta qué ha podido ser de mí.
Doy gracias porque le tengo a él, y él y sólo él es capaz de enseñarme el verdadero camino que quiero seguir, lejos de ti, porque eres tóxico.
Tú, las broncas, los porros, los juicios, los médicos, tus padres, las peleas que llegaron a las manos.
Me enseña que no debo quererte en mi vida aunque me duelas y te eche de menos.
Porque no te echo de menos a ti, sino al fantasma de tu puto pasado, ese que venía a La Yaya, ese M que sabía lo que quería y que se perdió en el mismo sitio en el que yo me perdí, en sí mismo y en querer ser alguien que no es.
Mi hermano me enseña que debo valorarme mucho más de lo que tú vas a saber valorarte jamás, y que por eso debo desanclarme de ti.
Ser independiente de verdad, no ser M al cuadrado. No necesitar necesitarte.
Mi hermano me enseña que soy fuerte, más fuerte de lo yo misma creo.
Me enseña que existe el amor de verdad, M. De verdad que sí. Porque él sí me ama.

Gracias a él entiendo que por sola que me sienta, realmente no lo estoy.
Y le amo, le amo tanto.
Que me da pena haberte amado más que a él.

domingo, 3 de marzo de 2019

No quiero ilusionarme nunca más

No se qué coño hago pensando en ti, no sé a qué coño estoy jugando.
Realmente ya no quiero hacerme ilusiones con nadie más, porque tú te las has llevado todas, M.
Te has llevado las ganas que te ponía, te has llevado mi libido, mis despertares amenos. Te has llevado cosas que ni sabía que tenía.
Estoy bien, no voy a engañarme, pero necesito escribirte para que, como siempre, nunca vayas a leerme, necesito escribirte porque sé que es lo único que me va a quedar de ti.
Porque ya no quiero verte, no quiero abrazarte, ya no te quiero para mí, porque evidentemente nunca lo has sido. Tampoco quiero saber de ti, simplemente quiero aprender a vivir con tu ausencia para poder rehacerme, porque me has roto de tanto que te he querido, cabrón.
Necesito volver a encontrar la conexión que perdí hace ya casi un año.
Un año, en el que te has desentendido de todo lo emocional,
un año, en el que me has dejado sola y te ha dado igual,
un año en el que lloré mares por ti, y a día de hoy el naufrago de mi interior ha dicho que se ha cansado, que va a tirar bengalas por todo el puto mar para que alguien venga a rescatarlo.
Cosa que tenía que haber hecho cuando ingresaste por primera vez. Y no lo hice porque tenía esperanza.
Cosa que ya no tengo.
También te digo que tienes una idea muy equivocada de mí y del intento que hice por realizarte como persona. Que has sido un irresponsable, conmigo, con tus padres, con tus animales, con tus amigos y sobre todo contigo mismo.
Algún día dejaré de tener rencor por ti.

Porque ahora estoy empezando a superar el dolor y la soledad que me dejaste.
Porque asumámoslo, dejaste muchas cosas negativas entre nosotros, igual que yo.
Por mi parte soy capaz de pedirte perdón, pero yo a ti no te puedo perdonar. Lo siento, espero que lo entiendas.


Recuerdo cuando me dijiste que nosotros éramos uno, ¿a quién se lo decías?
cuando me dijiste que me querías, ¿dónde quedó ese sentimiento?

¿Ves como todo eran mentiras disfrazadas de falso amor?
Un amor no es para quedarse tirado en la cama, tarado.
Un amor es para conocer, aprender y explorar y viendo tu trayectoria...
Jamás vas a encontrar el amor, porque aún cuando quieren dártelo, lo tiras y luego te quejas de que no recibes.
Al empezar a escribir puedo asegurarte que te echaba de menos, como muchos días y noches en las que dormía junto a ti.
Ahora que estoy terminando, ahora que recuerdo bien porqué he venido a escribir.
Sólo siento rabia.
Que te follen, mal y te fallen. Como tú me has hecho a mí.

sábado, 23 de febrero de 2019

Como mi madre siempre me ha dicho

Hoy parece que no pasan las horas,
parece que estoy encerrada en un espacio tiempo que no me convence,
parece que los días se dilatan en meses, y todo es un puto bucle.
Pero también parece que hoy me siento genial, que cada día voy superando un poquito más el dolor,
parece que sonrío con más ganas, entiendo mis puntos débiles e intento hacerlos fuertes poco a poco.

Ya casi no me acuerdo del sonido de la risa de mi madre, del tono de voz que ponía cuando se enfadaba,
ya, no recuerdo su olor, y me traumatizo con la idea de buscar su perfume, para ponerlo en uno de sus pañuelos, y sentirla un poquito más cerca.
Te pedí que volvieras a mi vida, y los has hecho, ahora sueño cada noche contigo.
Es mi señal de que todavía estás para apoyarme, lo sé cuando hablamos sentadas en ese bar,
cuando pude debatir contigo sobre lo que estaba bien o mal,
cuando me oíste, y yo te escuché por primera vez.
Ahí estabas, tan radiante, y tan joven...

Hoy me ha apetecido levantarme de la cama en medio de un bajón basado en comida y 'Aquí no hay quien viva',
he pensado en lo bonito que sería dar un paseo, estar en esa conexión con Rufo, entender que me gusta la soledad y que no le tengo miedo.
Entender que, lo que antes me parecía oscuro y siniestro, ahora me parece un camino que tengo que explorar, y no tengo que frustrarme cuando no lo entienda, porque a veces la vida es así: inexplicable.

Pero me cuesta mucho adaptarme,
adaptarme al mundo, a mi propio entorno.
Es horrible sentir que haga lo que haga nunca podré sentirme en conexión con aquellos que me rodean.
Creo, que sólo tengo amor para Rufo, y eso me tranquiliza porque al fin y al cabo no me he vuelto una psicópata, pero a la vez me da mucha pena, porque ellos se merecen mi amor y yo ahora no puedo dárselo.
He dejado de ver crímenes imperfectos porque me crean malas vibras internas a las que no quiero sucumbir.
Ahora veo Gran Hermano (risa floja), y madre mía, qué duro es el mundo.

Pero hoy he aprendido a ver color en lo que parece gris, rascarle el sentido a la vida, que ella por sí sola no va a dármelo.
He aprendido, a salir del paso, como mi madre siempre me ha dicho.


martes, 19 de febrero de 2019

Te dejo ir, siempre.

Creo que este va a ser el último texto que te dedique,
creo que no sabes valorar nada de lo que te he dado.
Me doy cuenta de que he estado perdiendo el tiempo con una cáscara sin alma.
Las horas van pasando, y no puedo hacer nada, sigo perdiendo el tiempo.
Pierdo el tiempo imaginándome tu cara, tu barba de dos o tres días, que sabes que me encanta, joder, M.
Estoy perdiendo mi vida porque no ha funcionado contigo, contigo que me supe mostrar sin miedos, y me doy cuenta de que la vida no nos quiere juntos.
Y yo te sigo escribiendo, como si fueras a leerlo entre madrugadas de insomnio y discusiones con tus padres.
Sigo creyendo que no me echas de menos, que ya me has superado.
Y yo no puedo parar de pensar en tu olor, el que casi apenas recuerdo.

Sigo pensando que nosotros ya no somos los que éramos y que por eso la vida no nos quiere bien.
Ahora me encanta quitarme las costras, para sentir ese dolor que tanto odiaba. Porque parece que me recuerda que todo esto ha sido real.
Y me desvivo intentando buscarle un significado a todas las preguntas que me hiciste, a todas las risas...
Intento buscarle un significado a la vida ahora que ya no estás para compartirla contigo.

Y vivo, bueno, mejor dicho, sobrevivo sin ti.
No todo es malo, pero hay momentos es que te apareces en mi mente y todo a mi alrededor pierde su color, y sólo consigo ver los grises. Y es tan feo, es tan feo que aún te siga queriendo después de todo lo que has hecho, de todo lo que has corroído mi esencia, 
parece que nunca voy a poder olvidarte, pero igual que llegaste, rápido y fugaz, del mismo modo te has desvanecido. Y ahora yo tengo que seguir.

Pero parece que algo no me deja.
Y creo que ese algo soy yo misma. Y me debato entre qué estación es la más bonita para mí, y ahora ya no sé responder a esa pregunta.
Ahora hay muchas cosas a las que no puedo responder,
ahora ya no sé interpretar mis sueños, no sé ponerles fuerza, no sé.
Parece que soy muy dependiente al fin y al cabo, pero eso corre de mim cuenta, no te hecho a ti las culpas.
Ojalá pudiese bloquearte de mi mente, ojalá pudiera omitir nuestra historia, porque no me hace más que daño, y estoy cansada de sufrir.
Estoy cansada de darme cuenta de que por mucha promesas que nos hicimos, no va a cumplirse ninguna.
Por suerte nunca más volveré a verte, no volveré a escribirte, pero te sentiré, como si estuvieses a mi lado. Todo el tiempo. 
Y ahora te hablo a ti, y sólo a ti, espero que algún día podamos amarnos bien, aunque sea en la soledad y con otras personas.
Sé feliz, porque yo me voy a esforzar al máximo para serlo.
Disfruta, aunque a veces pienses en mí y te joda, asume ese pensamiento y míralo bien.
Porque yo siempre te he amado, y tampoco sé si te amaré siempre,
pero recordarte... Siempre voy a recordarte. Lee bien esto: Siempre.

Siempre voy a recordar cómo coger un cuchillo, siempre voy a recordar el color que tiene el buen aceite oliva, siempre voy a recordar las recetas de tu madre.
Siempre, siempre voy a recordar las veces en las que te chillaba en silencios, siempre recordaré lo bueno, y lo malo.
Los palitos de cangrejo con ajo, y sé que tú siempre recordarás el arroz con garbanzos. Y lo sabes.
Las idas y venidas de unos pisos a otros, el estrés porque Rufo ha cogido tus zapatillas de estar por casa,
las veces en las que fuimos a bebernos una mixta al parque.
Recordaré Vicálvaro, Mataelpino y Vallecas como lo que pudo ser y no fue. Y ya está.

Y me duele pensar que ya que me había acostumbrado a ti, aunque no me aportases nada, ahora tengo que dejarte ir.

Te dejo ir, pero recuerda. 
Siempre.

domingo, 17 de febrero de 2019

¿Me has abandonado?

Hoy me he despertado con la desgana del preso carcelario,
me he despertado con ganas de hundir la cabeza en las sábanas, pero no puedo,
tengo cosas que hacer.
Hoy me he levantado, me he tomado un zumo y me he ido a la calle, a disfrutar el sol en la cara, en las manos, en mi piel.
Hoy me he levantado y no quería vivir. No es costumbre, pero el momento lo requería.
Viviendo en tu casa, entre el aire que respirabas y las mantas que te ponías para la hora de la siesta.
Te echo tanto de menos, que ya no me duele nada,
ni los puñetazos en la pared, ni las miles de horas que me paso pensando en cómo sería darte un abrazo y sentir refugio en tus brazos.
Cierro los ojos, abro las palmas de las manos y pido por favor que venga la ventisca que afirme que aún no me has abandonado.

Voy buscando respuestas a todas las preguntas que me hacías, voy buscando preguntas a todas las respuestas que me diste, pero nadie sabe darme lo que necesito, ni siquiera yo misma...
Ni siquiera los amaneceres lo consiguen.
Ni siquiera la música puede ayudarme a escribirte, ni siquiera la vida puede hacer que vuelva a verle color al mundo.
Los días monótonos van pasando, y pasan las semanas y yo sigo en el mismo sitio estancada donde me dejaste.

Voy reptando por las esquinas, intentando conseguir que algo cambie,
intentando conseguir lo que nuca me había propuesto: salir adelante.
Y ya no sé si te sientes orgullosa o no, porque hace más de un año que ya no sueño contigo, y no sé si es porque te has ido o porque ya no consigo verte.
Así que me encierro en la música triste, en las baladas que oíamos cuando era pequeña,
en las mañanas en las que hacíamos carreras para ver quién se viste antes.
En los croissants tostados y en la mermelada de fresa que nuca me ha vuelto a saber bien.

Me encierro y me encierro en espirales autodestructivas, porque desde que no estás nada tiene ilusión fuera de casa.
A veces me encantaría volver atrás, a esa cama en la que postrada te dije que volvería, y no volví.
Me encantaría volver a las miles de veces que me escapé sin saber muy bien porqué.
A las noches dándote masajes y los besos a media noche antes de tomarte la pastilla para dormir.
Me encantaría volver a acompañarte al hospital, porque no mereces estar sola,
volver a ser tuya, y que me digas que me quieres con toda tu alma.
Volver a verte, volver a abrazarte, volver a sentirte viva.
Cómo duele.
Cómo me arde el puto pecho mamá.

Me mienten, me dicen que todo va a ir bien y que podré superarte, pero cómo pueden decir eso si ni siquiera saben lo que es no tenerte, ni siquiera saben lo que significa estar a tu lado, contigo.
No entienden que tú das la luz a las noches y la sombra a los días.
No entienden, y como no entienden, no entiendo porqué se creen con el derecho de decir que algún día podré superarte.
Porque sé que no puedo, sé que hay muchas cosas pendientes.
¿Qué haré cuando tenga treinta y tantos?
¿A dónde irán las dudas que para ti, y sólo para ti, guardaba?
¿A dónde iré yo, mamá?
Dímelo. Por favor.

sábado, 16 de febrero de 2019

Adiós

A estas alturas ya no sé lo que pretendo escribir.
No sé si quiero escribirte o mandarte a tomar por culo.
Me duele haberme dado cuenta de que no me querías lo suficiente como para luchar, de que todo ha sido un sueño nuboso, sin rayos de luz.
Me duele, haberme desvivido por alguien egoísta, haberlo dado todo por ti y que mis fuerzas se hayan ido a pique.
Estoy cansada de ir en el metro, o en tren, acordarme de ti y no poder salir del bajón.
Ya no quiero tener que necesitarte, ya no quiero ser nada tuyo, aunque nunca lo fui.
Me duele darme cuenta de que no quieres cambiar, que ya no hay cafés ni tardes pendientes, que ya no queda nada de tú y yo. Lo siento. Nos morimos hace más tiempo del que creemos.
Contigo se han ido mis ganas, mis ilusiones y mis alegrías, así que me debes mucho.
Me debes mucho emocionalmente hablando.
Me debes canciones, cartas, días, noches y muchas lágrimas.

Nunca te diste cuenta de que todo lo que hice lo hice por un nosotros sano, y tú ya no querías que fuésemos uno.
Así que te digo adiós, con todo lo que eso conlleva.
Me voy de tu vida para siempre, ahora tengo otros horizontes, otras miras y otras ilusiones, ilusiones que no van a darme disgustos.
Ilusiones que sí son de verdad.
Ilusiones que tú nunca has sabido darme.
Así que adiós, de verdad te lo digo, adiós.
Adiós por todas las veces que tuve que ir a verte al hospital,
adiós por las veces que he tenido que enfrentarme sola a tus padres,
adiós por las veces que me dijiste que ibas a cambiar y no lo hiciste,
adiós por las mañanas que no he podido disfrutar contigo,
adiós porque nunca quisiste hacer nada nuevo,
adiós, porque no me completas,
adiós M, porque ya no quiero tener que sufrir más en silencio,
ahora todo el mundo parece que me escucha y gracias, gracias porque ahora yo me escucho también.

Me escucho el alma, como tantas veces te decía que me dejaras escuchar la tuya,
pero bien dice mi circa, no puedes dar más de ti, porque no quieres, y yo, harta de intentar abrirte los ojos,
harta de intentar crear un vínculo que nos uniera como antes,
harta de pedirte llorando ayuda,
harta de que no me oyeras gritar en mis silencios,
harta que quererte y no sentirme querida,
harta de consumirme en el recuerdo de lo que éramos,
pedí ayuda a personas que sí sabían escucharme, y conseguí abrir los ojos y darme cuenta que el amor que tú puedes ofrecerme no me compensa,
que tu necesitas quedarte en casa, y yo necesito volar,
que tu quieres que te entiendan, pero tú no quieres entender,
que todo es blanco o es negro, y lo nuestro ha sido una montaña rusa de colores.

Me doy cuenta M, de lo que es el amor porque donde estoy ahora rebosa,
me doy cuenta de que no teníamos ni idea e íbamos de jeques,
y no, la cosa nos ha salido muy mal, pero ahora me doy cuenta de todo en lo que yo he fallado, y te pido perdón, para que veas que yo sí mi retracto.
Porque yo nunca quise ser la profesora de nadie, nunca quise imponerte mi punto de vista, sino compartirlo.
Pero en el tema del amor, parece ser que aún no has aprendido esa lección.
Por eso estamos donde estamos, siendo en singular, sin importarnos el dónde ni el cuándo.
Siendo libres, como siempre deberíamos haber sido.

Ni en mil años podría olvidarte, y cómo me duele ser consciente de esto,
ser consciente de que inevitablemente Vicálvaro siempre me recordará a ti,
que ahora, los zumos de melocotón sí me gustan,
y que Argüelles siempre tendrá un toque de misterio y diferencia por tu presencia.

Me duele darme cuenta de que mi perro te echa de menos,
de que aún habiendo estado sólo cuando tu querías, él sigue esperándote.
Y me duele, porque en el fondo sentimos lo mismo por ti.
Esperanza, como la de un niño cuando su progenitor le dice que va a por tabaco y que ahora vuelve.
Pensando que vas volver todo el tiempo,
ya no quiero tener esta esperanza dentro, no quiero tenerla. No quiero tener nada que ver contigo, ni en la realidad ni en mis sueños, porque hasta ahí me persigues,
y en esos sueños en los que te apareces me torturas con tus ojos y tus labios. Como si todo esto fuese una nublada pesadilla de la que pudiese despertar.
Pero cuando despierto, no estoy en esa cama de 1'80x2'00, y tú no estás para abrazarme mientras duermes, ni me dices lo guapa que estoy cuando no me maquillo,
no estás para quejarme porque no te levantas y tengo que pasear a Rufo sola,
no estás.
Y no estando me doy cuenta de que soy más fuerte de lo que creía.
De que no por quererte más tú vas a saberme querer bien,
me doy cuenta de que todo han sido telas de araña de que se enmarañan entre ellas dejando oculto nuestro amor, muerto sin oxígeno.

Muerto como mi corazón, que ya no sabe querer, ni quererse.
Qué triste darme cuenta de que todo ha sido en vano, que he perdido otra batalla más en la guerra del amor,
y que esta vez, no hay revanchas, esta vez no.

viernes, 15 de febrero de 2019

Conclusión

Realmente no sé qué quiero escribir, si te quiero escribir un mensaje, una carta o unos pensamientos.
No sé qué hacer con tu recuerdo, con tus putas manías que ahora son mías y con estas ganas de ocultar la cabeza bajo tierra por miedo... Miedo a que ya no voy a tenerte, miedo de que ya nada va a volver a tener el aroma que contigo desprendía, miedo, a la vida en sí, miedo al miedo.
A estas alturas, ya no me siento triste, más bien decepcionada porque nunca tuviste el valor de afrontar la realidad y luchar conmigo por ella. Por nuestra realidad. 

Yo no quería soñar, y llegaste, llegaste para decirme lo bonita que es la vida cuando estabas a mi lado,
llegaste, para decirme que tus manos eran mías y yo... Ingenua, te di mi alma.
Y me arrepiento tanto, me arrepiento de haberte otorgado semejante alegría, semejantes disgustos,
me arrepiento tanto de haber perdido mi tiempo contigo.
Que ya las lágrimas no me salen. Ni tampoco me sale odiarte. Ya no me sale nada.
Ni con nadie porque me has dejado extasiada, extasiada de dolores y quebrantos.

Ahora echo la mirada hacia esos días en los que me decías que yo era tu vida, esos días en que la mentira teñía con sus patas de araña la mejor tela, para el vestido de nuestro funeral.

Estoy empezando a darme cuenta de toda la toxicidad de nuestros encuentros, de nuestras promesas, de nuestras caricias.
Los zumos de melocotón, los lambruscos y las cervezas con limón, las pizzas y el jodido Netflix.
A veces pienso lo que me gustaría que volvieras, pero lo pienso fríamente y no me compensa. 
No quiero dejarme de lado otra vez.

La conclusión de todo es que ya no quiero quererte, que no quiero necesitarte, no quiero soñarte, no.
La conclusión de toda nuestra historia es, que ya no quiero. Ya no.

jueves, 17 de enero de 2019

Impotencia.

Me he cansado de buscarte, me he cansado de llorar por las esquinas y sentirme una desgraciada cada vez que hago algo fuera de tus planes.
Estoy harta, de sentir que no valgo porque me has quitado valor.
Estoy harta de ver que todo sigue su curso, incluso tú, y que por ti me he quedado estancada.
Estoy harta de sentir que me falta el aire cuando discutimos. Estoy harta cariño...
Ya no puedo más. Ya no quiero sufrir, mi amor.
Así que te dejo irte si quieres. Ya no me importa.
Ahora tengo mucho más que antes aún habiéndotelo dado todo.

Qué mal me siento cuando te vas, por eso tienes que irte de verdad.
Rehacer tu vida, porque me siento realmente mal.
Siento que te estoy atrasando, que soy un lastre. Y ya no sé si lo siento porque lo soy o si lo siento porque me lo has hecho sentir.
Así que voy a desaparecer, como la nieve con el sol, poco a poco hasta que ya no puedas verme.
Porque cada vez que me ves me rompes un poquito más. Y estoy cansada, como ya te dije.

Estoy cansada de arreglarme para ti.
Y no acordarme de cómo se hace para mí.

Perdona, por ser tanto lastre. Ahora mismo realmente ya no sé si soy buena para nadie.
Sólo para mi Rufito. Estará bien, no te preocupes.

07/04/2021

A siete de abril de 2021 soy consciete de que mi vacío realmente no va a llenarse. Que te fuiste, me rompiste y ya no tengo cómo arreglarme....