viernes, 15 de febrero de 2019

Conclusión

Realmente no sé qué quiero escribir, si te quiero escribir un mensaje, una carta o unos pensamientos.
No sé qué hacer con tu recuerdo, con tus putas manías que ahora son mías y con estas ganas de ocultar la cabeza bajo tierra por miedo... Miedo a que ya no voy a tenerte, miedo de que ya nada va a volver a tener el aroma que contigo desprendía, miedo, a la vida en sí, miedo al miedo.
A estas alturas, ya no me siento triste, más bien decepcionada porque nunca tuviste el valor de afrontar la realidad y luchar conmigo por ella. Por nuestra realidad. 

Yo no quería soñar, y llegaste, llegaste para decirme lo bonita que es la vida cuando estabas a mi lado,
llegaste, para decirme que tus manos eran mías y yo... Ingenua, te di mi alma.
Y me arrepiento tanto, me arrepiento de haberte otorgado semejante alegría, semejantes disgustos,
me arrepiento tanto de haber perdido mi tiempo contigo.
Que ya las lágrimas no me salen. Ni tampoco me sale odiarte. Ya no me sale nada.
Ni con nadie porque me has dejado extasiada, extasiada de dolores y quebrantos.

Ahora echo la mirada hacia esos días en los que me decías que yo era tu vida, esos días en que la mentira teñía con sus patas de araña la mejor tela, para el vestido de nuestro funeral.

Estoy empezando a darme cuenta de toda la toxicidad de nuestros encuentros, de nuestras promesas, de nuestras caricias.
Los zumos de melocotón, los lambruscos y las cervezas con limón, las pizzas y el jodido Netflix.
A veces pienso lo que me gustaría que volvieras, pero lo pienso fríamente y no me compensa. 
No quiero dejarme de lado otra vez.

La conclusión de todo es que ya no quiero quererte, que no quiero necesitarte, no quiero soñarte, no.
La conclusión de toda nuestra historia es, que ya no quiero. Ya no.

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07/04/2021

A siete de abril de 2021 soy consciete de que mi vacío realmente no va a llenarse. Que te fuiste, me rompiste y ya no tengo cómo arreglarme....