Se me quitan las ganas.
Se me quitan las ganas de mirar a la ventana
y pensar que el amanecer me sonríe.
Se me quitan las ganas de rezar por un futuro lleno de paz.
Sólo quiero acorralarte con los brazos y no soltarte...
Pero tú eres libre, y no puedo intentar matar la chispa que te caracteriza.
Que me encantaría que me mirases con los ojos de un niño.
Con anhelo, con gracia, con remordimiento.
Pero es que te soy sincera...
Ya no entiendo nada, y lo que antes eran escritos, ahora no son más que palabras sin sentido, sin fuerza... Y sin tapujos.
Me está matando esto, cada vez que abres la boca me dan ganas de besarte,
porque sé, que como la abras por más tiempo... Vas a cagarla.
Y esta noche no me apetece llorar.
Hoy me apetece quedarme comiendo techo...
Intentado explicarme a mí misma, cómo debo olvidar a querer, y como recordar a odiar.
Nadie a día de hoy consigue calmarme como tú lo haces...
C'est fini.
No hay comentarios:
Publicar un comentario