"—¿Cómo llevas eso a lo que tantos llaman vida?
—Ya tu sabes, siempre dividida entre el placer y las heridas.
—Entonces, ¿cómo llevas la escritura?
— La mayor de mis locuras, lo que me sabe sacar de la tristeza, lo que me cura la amargura, a veces bien, a veces mal..."
Hoy mi corazón se ha parado,
entre miles de lágrimas que representan cada océano que hay en este infame mundo.
Los sonidos en realidad no me calman,
me he fumado al menos cuatro porros, y estoy por hacerme otra L...
Tengo para pillar nieve, pero lo dejé por ti,
aunque no lo supieras...
Callando mis maldades para no aumentar las tuyas.
Recuerdo el primer día, y en el fondo me encantaría volver a ese hospital
para volver a besarte,
para decirte que en el fondo,
te cogí cariño,
y te lo sigo cogiendo
Que me encantaba cuando masajeabas mi cabeza
con la suavidad con la que se acaricia aun felino...
Y me encantaba.
Y aún sigo mirando a mi lado derecho de la cama, por si algún día quieres regresar
para darme el calor que mi corazón de sangre fría pide,
a gritos.
Escupo las palabras, he perdido el control.
El dolor es tan grande que no puedo controlarlo,
me absorbe, y me encanta.
Porque soy una masoquista en busca del dolor
del que me provocas...
El sí, o el no...
La indecisión era un desfiladero por el que he caído.
Y me encanta reventarme el cráneo contra el suelo.
Mil veces.
Que te echo en falta,
y esto ya no te lo escupo, me he calmado.
Te lo digo de verdad,
me encantas, no cambies.
No pierdas tu esencia,
tu magia...
Te observaré en la distancia
y si acaso te preguntaré cómo te va la vida...
Puede que me encuentre con fuerzas y pueda volver a verte
con el corazón en un puño
y las piernas temblando...
Como la primera vez.
Se me saltan de nuevo lo sudores oculares,
te los dedico,
todos...
Porque me encanta regar tu escultura con mis más sinceras aguas...
Para llorar tu ser,
con el más fúnebre réquiem.