Que te fuiste, me rompiste y ya no tengo cómo arreglarme.
Que mis creencias, mis pasiones y mis delirios llevan tu nombre.
Y es ahí cuando veo que no tengo nada.
Y que lo único que tenía se fue por la borda hará más de siete años ya.
Al principio me encantaba, hoy es mi pesadilla.
La soledad, el vacío permanente dentro mío y la sensación de estorbo que cargo en mis hombros no es directamente proporcional, como yo creía.
Y eso que estoy siendo productiva.
¡Si me vieras!
Ojalá puedas verme preciosa.
Ojalá poder trepar a tu cima.