lunes, 9 de octubre de 2017
Vuelve pronto a verme.
Reitero en el hecho de que te quiero, de que eres única y que te necesito; otra vez ha vuelto a pasar.
Me he emocionado demasiado pronto con vivir cuando apenas he aprendido a correr, y me apena pues las ganas van y vienen,
las flores ya no huelen igual que antes y el olor a panadería me causa nostalgia, no alegría.
Huelo la hierba cortada y te siento, o el olor de la tierra mojada cuando llueve... Te vivo en cada materia que tiene mi vida.
Intento decirte que no te olvido,
que nunca pude (mejor dicho:quise) demostrarte lo mucho que me encantaba abrazarte antes de irnos a dormir,
o los paseos por Madrid en invierno...
Los desayunos con ese maldito zumo de naranja que parece que me persigue, pero más echo en falta las cenas cuando veíamos la caja tonta y marujeábamos discordes siempre por supuesto,
cuando después, por una vez en el día, olvidabas si tenía que recoger los cacharros y me pedías ése masaje en los pies,
tan nuestro como que yo soy tuya, de ti.
Porque intento escribir a otras personas que ahora ocupan más mi cabeza y por éso me has estado avisando (cómo te quiero), pero bien sabes que me es imposible,
que ya he encontrado una musa,
que la tenía delante
y por idiota no me di cuenta, sólo me sale decirte lo siento, y es que no sabes cuánto lo siento.
Recuerdo las navidades,
o mis cumpleaños, cuando agarrabas mi mano y me sonreías de aquel modo que aún me emociono.
Cuando realizamos cosas codo a codo, porque en realidad somos una.
Sale sincero, como el amor que te tengo.
Te quise y te quiero más de lo que nunca voy a poder demostrarte, porque me vigilas y proteges, te siento en el aire.
Visto de naranja con cuello vuelto y todo, te hubiese encantado esta 'yo',
ahora es cuando realmente me apetece pasear por Madrid, perder mi tiempo entre todas las calles que conocías y todas las muchas preguntas que me quedaron por hacer.
Quiero alquilar una película en el videoclub, alguna de estas moñas que sabes que nos encantan,
llorar unidas y verter el agua por la mesa para que me regañes porque soy demasiado torpe, pero cómo nos gustaba que pasasen los traspiés en medio de las aceras, de ahí salían momentos mágicos y lo sabes tan bien como yo.
Últimamente he estado distante, no te he sufrido lo suficiente, lo han vuelto a hacer y yo también.
Le he fallado y a mí misma también.
El vacío sigue ansioso de caricias, cerveza y pipas, y cómo me jode echar en falta algo que sé que nunca tuve... Qué idiota soy.
Porque cuando me preguntaba, olvidaba tu existencia e ingenua de mí he pensado que podría ser el tema de algún texto, pero sólo por rechazar algo tan sincero como lo que yo otorgo por el miedo, me demuestra que no se lo merece, pero no le guardo rencor.
Así que como siempre, he vuelto a escuchar a mi inspirador desde hacía los meses que llevo sin escribir,
y justo, pienso en ti y en nadie más,
dejando de lado las habladurías y los malos rollos.
y he entendido que el vacío no lo puede llenar nadie, porque la que lo llenabas eras tú querida.
Y ahora que te me has ido, como todo lo bonito de mi vida, te pido que me abraces o me soples en la nuca,
necesito saber que aún sigues conmigo."
- Justo cuando escribía este texto, me vino a la mente un frase que he leído en un poema que había pegado al metro: 'Escribo, luego resisto'.
Ahora entiendo el sentido de la frase. Ahora resisto.
Te quiero con toda mi alma cariño. Vuelve pronto a verme.
domingo, 19 de febrero de 2017
A ti
He terminado de ver una saga de películas que me recuerdan al olor de los churros en invierno,
al chocolate caliente que se ha quedado frío y pegado a la taza, a los platos de cuchara
y sobretodo me ha recordado a ti.
A ti, que jugabas conmigo siendo niños
a ti, que me cuidabas aún cuando yo no tenía conciencia.
Me ha recordado que te echo de menos,
que las cosas no son las mismas,
que necesito un abrazo para berrear fuerte entre las arrugas de la chaqueta que lleves.
Me ha recordado, que soy frágil.
He vuelto a sentir emociones dentro,
desde felicidad hasta odio, pasando por rencor y amor
creía que si giraba la cabeza, nos vería de nuevo en la cama, pegados porque no hay sitio
y comiendo petit suisse congelado, de chocolate porque somos unos golosos,
creía, que detrás estarías tú comiéndote el yogurt con una pasta de chocolate, el rollito de la caja Cuétara.
Te echo tanto de menos...
Me he acordado de las aguadillas, de cuando las olas del mar me arrastraban y ahogaban,
de cuando buceábamos juntos.
Me he acordado de la tortilla de patata en los bocatas y las fantas de naranja junto a un helado de postre en la piscina.
Me he acordado de las broncas porque nunca se encuentran las gafas de buceo.
Me he acordado de lo bueno por un momento.
Parece mentira.
Qué mayores somos ya, hermano...
Me gustaría volver atrás cada vez que cierro los ojos
porque me encantaría jugar a peleas en tu cama y que el somier se queje años después,
eso sí, te gano yo esta vez, que lo sepas.
Se me ha antojado escribirte unas líneas por primera vez,
a ti, aunque no sé si llegarás a leerlas algún día.
Me gustaría volver a hablar, tomarnos un Nesquik,
o hacer un desayuno especial...
Mientras charlamos de cómo nos va todo,
pero esta vez de verdad, mirándonos a los ojos y sin mentirnos,
intentando aceptar que ya nada va a ser lo mismo, pero que podemos hacer algo más que obviar lo que somos. Familia.
Que te quiero con locura, aunque nunca te lo haya dicho,
y que hoy, a las cinco menos dos minutos,
después de ver Harry Potter,
he conseguido aceptar que me haces falta.
No me dejes tú,
porque eres lo único que me queda.
A ti y sólo a ti: Te quiero.
martes, 14 de febrero de 2017
Te necesito.
Te necesito,
aquí de nuevo conmigo, en la cama abrazadas
viendo la tele a las diez de la mañana.
Te necesito, en mi piel, en las heridas y en las cicatrices.
Te necesito más allá de lo que nunca he podido necesitarte
y ya no sé si quitarme la vida para poder sentirme viva,
o seguir viviendo muerta.
Y yo, que rabio cada tempestad con gritos y golpes,
yo, que en mí predomina más el rechazo,
hoy te necesito desde lo más dentro
porque me estoy rompiendo sin ti.
Ya no sé comer y se me está olvidando cómo andar,
paralizada me he quedado.
Perdóname, por todo.
Pero me siento tan sola...
El clavel se me marchita, y las rosas se han podrido ya.
Vuelve cada noche convertida en sueño,
vuelve a doblegarme, a amansar mi fiera interna.
Te necesito en el desayuno,
en la merienda que nunca tuvimos
y en las tortitas que hacían tartas inmensas con velitas por encima.
Te necesito para hacernos fotos besándonos.
Te necesito, para leerte toda la poesía que tengo guardada
y no enviártela por mensaje.
Te necesito, para darte un masaje en los pies
y otro en las manos de regalo.
Te necesito, para celebrar mi San Valentín contigo, porque eres el amor de mi vida.
Te necesito, porque ya no queda nadie con tus uñas,
porque las bragas me quedan grandes, como toda la ropa.
Te estás llevándome a cada día que pasa...
Y no sé si alegrarme, o llorar.
En el fondo no me importa, ni siento ni padezco.
Te necesito, para bailar contigo cuando suenan las canciones del verano en los anuncios,
y para comer aperitivos cuando vamos por Gran Vía,
te necesito para dejar de llorar,
para sentirme contenta y ser capaz de levantarme de la cama.
Te necesito para apoyar mi cabeza en tu pecho
y dormir como antaño,
te quiero, que no te quepa duda.
Te necesito para hacerte cartas,
te necesito para jugar a que eres un bebé
y te cojo en brazos,
te necesito, sin ti no puedo...
Porque nada me sale bien
y me agobio, ya lo sabes.
Perdona, por dejarte sola.
Por hacerte daño, perdona por no ir
mientras que tú viniste siempre.
Perdona, por no socorrerte, cuando tú salvabas mis asfixias
perdona, cariño, por berrear cuando algo no salía como yo deseaba,
Perdona amor, porque ya no podemos hacerlo más.
Perdona por ser yo, cuando toda yo eras tú,
perdona por ser desordenada, por coger sin permiso, por oscilar entre lo bueno y lo malo continuamente,
perdona, por quererte mucho y demostrarlo poco.
Perdóname, mamá.
Porque yo no puedo hacerlo.
lunes, 16 de enero de 2017
Carta a Inmaculada
Mamá, hace tanto tiempo que te perdí la pista...
Rebusco en mi conciencia recuerdos a tu lado
pero es que me da que ya los he visto todos lo menos tres veces
¿Por qué me dejaste aquí sola?
A merced de los infortunios,
que sabes, que siempre fui mujer de muchos de éllos.
Ahora te necesito y no estás,
y tengo tanto miedo, que siempre giro mi cabeza un par de veces,
para asegurarme de que no caminas detrás mía,
cuchicheando lo sucias que llevo las zapatillas
o cuán desaliñado llevo el pelo, antaño largo.
Te necesito para que me regañes
y para que me cuides cuando lloro,
porque últimamente no dejo de hacerlo
y mi padre prefiere estar con ella, ya lo sabes
y yo, siempre sola encerrada en la habitación.
El dormir se ha convertido en mi compañero habitual.
Acabo de dejarle,
estaba harta de él y sus niñateces.
Ahora estoy preparada para estar sola,
o a lo mejor no.
Pero me da igual. Te sentirías tan orgullosa de mí, lo sé.
Llevo el recuerdo de una vida a tu lado tatuado en las sienes
con gran quemazón.
Nada me alivia como tu quemar.
Vuelve, por favor, necesito las palomitas de nuestras tardes de cine,
necesito emocionarme
mirarme al espejo y pensar que sigo siendo yo...
Pero es que amor, ya no queda nada mío
ya no sé ni quién soy.
Necesito volver a hacerte el desayuno,
y que te cabrees porque nunca dejo de fumar.
Me pasaría los días contigo y no sólo las mañanas, perdóname.
Necesito volver a darte un masaje en los pies,
y pelarte la manzana, partiéndola en cachos.
Necesito la cama, donde me acurrucaba a ti
y olvidaba mis lamentos,
¿qué va a ser de mí ahora que no estás?
Necesito despertar y escuchar tu televisor
viendo 'Pelo Pico Pata' o algún programa del estilo.
Mamá... Me has abandonado.
Y tú la primera que juró jamás hacerlo,
y que a pesar de las malas palabras, los malos gestos y mis golpes,
yo era tu niña
y que siempre me querrías.
Llévame contigo, aquí no pinto nada ya.
No tengo brillo, no albergo mi paz...
Te lo llevaste todo, como un huracán
arrasando, destruyendo.
Me has molido el alma.
¿Cuándo coño piensas hacer tu acto de presencia en ensoñaciones mías?
¿Cuándo mamá?
Te estoy chillando a pleno pulmón lo mucho que te quiero,
pero parece que nunca se escuchan mis ecos allá donde reposas.
Y quiero ponerte un par de flores,
dos lirios y una rosa... Tan blanca
como tu benevolente alma.
Quiero echar a correr en dirección a las vías siempre que las veo
y esperar a ser arrollada, partida en dos
y con una sonrisa.
Ya no me quedan apenas fuerzas y voy a tener que ingresar.
Por suerte Sergio es muy fuerte,
y no se derrumba, me dice que tengo que seguir adelante,
pero ambos sabemos que estoy muy mal.
Tiene tu cara, mamá
y al mirarle te veo a ti, esperándome.
Silvestre, no sé cómo estará.
Seguro que maullando tu ausencia... Pobre, él sí te conoció.
Y ahora, sólo me queda llorar en las esquinas,
y retorcerme de dolor mientras mis aullidos
desvelan a los vecinos,
mientras intento ser fuerte, para no coger la cuchilla y quitarme de en medio, porque éso me haría ser una cobarde
y tú siempre has dicho que soy muy fuerte.
Lo que nadie sabe, y sólo tú y yo sí,
es... Ésa risa de coneja,
tus manos temblorosas acariciando mi cabeza,
secando mis lágrimas tus camisones
y pereciendo dormida en ti.
¡Debí irme yo antes, pobre de mí sin ella estoy perdida y no sé a dónde ir!
Mi reclamo echo trizas, no me acompañarás cuando conozca a la persona,
ni cuando mi cabeza no pueda más y quiera mandarlo todo al traste,
cuando mi tripa crezca y con ella dentro una vida,
¿qué será de ellos sin ti, mamá?
¿Qué será de mí, cuando por ti pregunten?
¿Qué será de mí viendo telebasura e imaginándote?
¿Qué haré, cuando me salte aceite?
¿O cuando el estreñimiento acuda a mí por la edad?
¿Dónde van a estar tus consejos?
¿Y dónde estarán los demás?, ahora los necesito,
Éllos tienen tu cara guardada en sus pupilas
y yo chillo por verla en las mías,
pero no me dejas...
Y me queda poco.
07/04/2021
A siete de abril de 2021 soy consciete de que mi vacío realmente no va a llenarse. Que te fuiste, me rompiste y ya no tengo cómo arreglarme....
-
Voy a intentar convencerme a mí misma de que puedo, de que quiero y de que tengo ansias. Voy a convencerme de que la vida es preciosa, qu...